domingo, 27 de marzo de 2016

santo tomás ávila



Real Monasterio de Santo Tomás. Todavía habitado por 22 dominicos se recorre con audio guía. Tres claustros, una iglesia y el antaño palacio de los Reyes hoy reconvertido en museo de animales disecados y un nutrido Museo de arte oriental son el objeto de la visita. Éste último, fruto de la recopilación de los monjes en su labor de evangelización en China, Japón y Vietnam muestra ese arte de mundos diferentes, y tres pequeños Cristos, mutilados y oscuros, rescatados de entre las ruinas de Nagasaki tras la bomba atómica. El monasterio, edificado a partir de 1482 a instancias de los Reyes Católicos se muestra sobrio y con escasa decoración excepto en la Iglesia donde destaca el retablo principal así como el sepulcro del príncipe Don Juan, de alabastro, hijo de Isabel y Fernando, fallecido a edad temprana. Esa tumba fue profanada en 1809 desapareciendo los restos mortales. Alberga igualmente varias capillas una de ellas llamada del Cristo de las Angustias o de la Agonía, talla anónima del siglo XV ante la cual rezaba Santa Teresa, desde donde se le impartía confesión, y donde tuvo una de sus visiones de la Virgen y San José. A la salida pasa un tren turístico, demasiado deprisa, ni siquiera para atisbar la placa que en la entrada muestra las palabras que el fraile Montesinos pronunciara en el Nuevo Mundo en defensa de los derechos de los indígenas, en 1511. Él salió de este convento. 




Decid: ¿Con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes, que estaban en sus tierras mansas y pacíficas donde tan infinitas de ellas, con muerte y estragos nunca oídos habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades en que, de los excesivos trabajos que les dais, incurren y se os mueren y, por mejor decir, los matáis por sacar y adquirir oro cada día?

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