
Cristo abrazado a la cruz (El
Prado-Madrid-1602)
La Trinidad (El Prado-Madrid-1579)
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Dos ejemplares
para no perderse en el Prado. El Cristo abrazado a la cruz es una de sus
representaciones favoritas. La Trinidad es un enorme cuadro de tres metros sin
desperdicio. Pintada para Santo Domingo el Antiguo, obtuvo una resonancia considerable y puso al autor en el primer plano de los artistas de la época. Dice Jacques Lassaigne que la influencia de los descendimientos de Miguel Angel es clara. Hablando de influencias el mismo autor cita las que deja el griego. Empieza por Luis Tristán, su alumno durante cuatro años. En el Levante cita a Pedro Orrente que también pasó temporadas en Toledo a su lado. Y mirando hacia el sur cita las visitas que Francisco Pacheco, el suegro de Velázquez, realizó al taller toledano. Y el sevillano luego escribe sobre el griego y pone en su boca que Miguel Angel era un hombre honrado pero que no sabía pintar.
Por cierto, de Navarrete el mudo otra cita: "se ha de pintar a los santos de tal manera que no nos quiten las ganas de rezar ante ellos, sino que nos inspiren la devoción..."
Por cierto, de Navarrete el mudo otra cita: "se ha de pintar a los santos de tal manera que no nos quiten las ganas de rezar ante ellos, sino que nos inspiren la devoción..."