
Bartolomé Murillo
(Sevilla 1617-1682)
Inmaculada Concepción
(la colosal)(Museo Bellas Artes Sevilla-1650)
Virgen de la
servilleta (1666)
Santa Justa y
Santa Rufina (1666)
Piedad (1669)
Vemos algunos de los angelotes
de Murillo antes de llegar a la sala cumbre del museo, la que se instala en la
antigua Iglesia del convento de la Merced. Entendemos la colocación de los
cuadros después de atender al audiovisual que explica como las obras aquí
representadas, todas de Murillo, guardan la misma colocación que en el encargo
original que el pintor recibió para el Convento de los capuchinos. Muchos
cuadros para admirar, para sentarse en alguno de los bancos y quedarse un rato
parado sin más. El cuadro que domina el retablo mayor muestra a una Inmaculada,
llamada la Colosal, sujetada por angelotes y con el azul manto ondeando al
viento. A su lado una magistral obra que muestra a Santa Justa y Santa Rufina
sujetando la Giralda. Fuera del retablo, en la epístola del crucero me quedo
con la Piedad, de 1668, que muestra a un angel doliente y a otro pensativo ante
el cuerpo de Cristo y la invocación de su madre. Y vuelvo al retablo para
acabar con la obra que debajo de la colosal mejor simboliza el genio del pintor
sevillano. Se trata de la Virgen de la servilleta, donde una dulce María apenas
puede sostener el gesto sereno y decidido de un niño que parece querer salirse
del cuadro. Difícilmente se puede mostrar tanto en tan poco.


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