alcazares
Encaminamos nuestros pasos a los Alcázares, que como
dice el folleto combina arte, historia y cultura en un espacio que admite las
inevitables comparaciones con la Alhambra granadina. Salas repletas de hechos
históricos como la que alberga la pintura Virgen de los Mareantes, de Alejo Fernández,
1535. Dicen que ante esta imagen rezaban los marinos que emprendían viaje a lo
desconocido. Se pasea por entre dormitorios reales y se llega al hermoso patio
de las doncellas. Conjunción de estilos acumulados. En un rincón no numerado
según la guía el agua se vuelve verde, reflejo de la abundante vegetación. La fuente
ya no surte pero el frescor sigue, signo de corrientes que atraviesan galerías
y llegan hasta este pequeño mirador donde pasar horas muertas bajo arco de
piedra. Se suceden los jardines repletos de palmeras, en forma laberíntica a
veces y siempre con fuentes. En el estanque de Mercurio, el agua cae desde la
altura, le llaman el chorrón, mientras el dios estatuado permanece
impertérrito. Al fondo más palmeras dibujando el cielo.
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