Hay veces
que los no afortunados también tienen que tener cabida en las paredes. El
calvario de Goiain es diferente, anónimo del XVI, el Cristo es hermoso, pero
las tallas adyacentes parecen infantiles, figuras de Belén, de colores vivos, y
pequeñas con respecto al crucificado. Ahí va un ejemplo que se puede ver en el Museo Diocesano de Vitoria.
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