En la Iglesia
del convento cisterciense de Santa Ana nos dicen que ya no hay monjas pero si la
tumba que alberga los restos del escultor Pedro de Mena. Él quiso estar ahí y
que se pisara al entrar. Ahí profesaron sus hijas con velo negro. Al lado el
Museo Revello de Toro, ubicado en la casa donde murió y vivió Mena. Ahí un
video recoge la vida del que esculpió Dolorosas y santos. Inquisidor, discípulo
de Alonso Cano, destaca en su trabajo la sillería del coro de la Catedral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario