La
escalera del vértigo. Es la Iglesia de San Salvador en Copenhague. Casi pegado
a la pared para evitar esa sensación indescriptible de cosquilleo y ganas de no
moverse. Las vistas así, no se disfrutan tanto. Mejor, a cubierto, con amplios
ventanales para descansar, es subir la pendiente de paredes blancas de la torre
redonda, antiguo observatorio astronómico. Es del siglo XVII. Arriba, excelentes
vistas. En la bajada se disfruta del pasillo helicoidal o de caracol.
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