
Entrada a
la Alcazaba, el recinto amurallado. Conjunto defensivo de la antigua ciudad, la
parte más antigua. Torres, almenas y turistas. Se atisba el Guadiana a un lado
y la pintura granate y blanca de las viviendas de la Plaza Alta al otro.
Recorremos la muralla. La torre de espantaperros es un antiguo campanario de
torre sobre torre, hoy nido de cigüeñas. Llegamos hasta la torre vieja.
Descuidados solares interiores y restos de mil cosas. Lugar que parece tener un
enorme potencial, no aprovechado del todo. Cuestión de dinero y tiempo. Pinos y palmeras en verdes jardines ganados
para el disfrute de la gente. Columpios y toallas, y muchos niños. Paralelos al
río sigue la muralla. El agua deja tierras en medio hasta donde los coches se
llegan. Las caprichosas aguas se vuelven a juntar y enfilan puentes.
Espectacular la visión del Convento de San José desde arriba. Blanco y
restaurado en su portada principal, la piedra se torna beige después dando paso
a un entorno de persianas a medio subir o bajar en medio de la necesidad de
continuar la restauración.
Origen de
la ciudad, árabe, fundada en el 875. Allí se encuentra el Museo Arqueológico
Provincial, donde aparece este busto. Dice la web oficial al respecto: “Busto
que representa a un personaje no identificado, a tamaño natural, con pelo corto
y barba incipiente, lo que era una moda propia de militares. Va vestido con una
toga contabulata, que incluye una especie de pliegue que cruza
transversal o diagonalmente el pecho, y se puso de moda a partir de mediados
del siglo III d.”
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