sábado, 26 de marzo de 2016

sorolla en particular


La Fundación Mapfre llena para ver “Sorolla y Estados Unidos”, obras del pintor valenciano que son difíciles de ver por la distancia, por ser muchas de colección particular, y casi imposibles de juntar. “Triste herencia”, 1899, es un lienzo grande y real, con niños tullidos, sin ojos casi, sonrosados y con muletas al borde de un mar oscuro, como el hábito del fraile que acompaña la escena. En la segunda planta abundan los retratos antes de pasar a las escenas de mar y playa donde Sorolla es único. Cuerpos difuminados y casi sin rostro. El titulado “niños a la orilla del mar”, 1903, podría llamarse de mil formas. La niña de espaldas, con traje rosa y tocada con sombrero da vida al cuadro, excepcional. De ahí a “las tres hermanas”, 1909, de colección particular, no tenía constancia de la existencia del mismo. Tres niñas pequeñas, tocadas con pañuelo, manos asidas, se acercan tímidas a la orilla. La más pequeña en medio. La sensibilidad se activa. Fuera de lo común.


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