
Toledo es sinónimo de El Greco, y sus
obras están por todas partes. Comenzamos visita en el Hospital de San Juan Bautista,
también llamado Tavera o de afuera, por encontrarse en el Toledo llano, a los
pies de la montaña que alberga el resto del Toledo monumental. Llamado Tavera
porque fue el cardenal de dicho nombre el que lanzó la construcción y donde
está él mismo enterrado en un excelso sepulcro de mármol blanco obra de Alonso
Berruguete. Dicho cardenal (1472-1545) llegó a ser inquisidor general del reino
y mano derecha del emperador Carlos V, y aparece demacrado en los cuadros,
dicen que fue retratado ya a su muerte, a partir de su máscara mortuoria, y El
Greco no le añadió vida al rostro. Hospital de caridad hasta 1939 se despliega
en torno a un doble patio o patio gemelo, conserva buena parte de la antigua
farmacia y sus grandes salas son hoy museo de la Casa Ducal de Medinaceli. Arte
e historia en conjunción, en visita guiada interesante, por salas donde un día
los enfermos escuchaban las palabras del capellán leyendo la biblia. Sorprende
la cripta, donde nobles de España están enterrados y donde, sorprendentemente,
el centro de ésta proporciona un amplificador de sonido que no entiende de
cables ni de electrónica. Mas obras en la sacristía de la Catedral y mas en
Santa Cruz, antiguo hospital, hoy museo. En el Monasterio de Santo Domingo el
Antiguo, que data del siglo VI, se dice que encargó al pintor cretense su
primera obra en España. Se ven tres lienzos originales en el retablo principal.
Se agolpan las explicaciones mientras las monjas benedictinas muestran
mazapanes para su venta. Allí estuvo la Adoración de los Pastores, hasta 1954,
cuando llegó al Prado.
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