Francisco de Vitoria (1483-1546). Padre de los derechos humanos. Pone en solfa la conquista de América. Fundador del derecho internacional moderno y precursor del ideario de una sociedad de naciones. Descansa allá donde residió 20 años, en el convento de San Esteban de Salamanca. Su estatua con su casa al fondo.
Los hombres no nacen esclavos sino libres.
Por derecho natural nadie es superior a los otros.
El niño no existe por razón de otros, sino por razón de sí mismo.
Es mejor renunciar al propio derecho que violentar el ajeno.
Es lícito al hombre, la propiedad privada, pero nadie es propietario que
no deba, a veces, compartir sus cosas... y en extrema necesidad, todas las
cosas son comunes.
Los dementes perpetuos, que ni tienen, ni hay esperanza de que tengan
uso de razón, pueden ser dueños... tienen derechos.
Al condenado a muerte le es lícito huir, porque la libertad se equipara
a la vida.
Si el juez, no guardando el orden del derecho, obtuviese a fuerza de
tormentos la confesión del reo, no podría condenarlo, porque obrando así no es
juez.
No se puede dar muerte a una persona que no ha sido juzgada y condenada,
Toda nación tiene derecho a gobernarse a sí misma y puede aceptar el
régimen político que quiera, aún cuando no sea el mejor.
Todo el poder del rey viene de la nación, porque ésta es libre desde el
principio.
El orbe entero, que en cierta manera constituye una república, tiene
poder de dar leyes justas y convenientes a toda la humanidad.
Ninguna guerra es justa, si consta que se sostiene con mayor mal que
bien y utilidad de la nación, por más títulos y razones que haya para una
guerra justa.
Si al súbdito le consta la injusticia de la guerra, no puede ir a ella,
ni aún por mandato del príncipe.
No es el hombre lobo para el hombre, sino
nombre.
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