Precioso óleo de la pintora nacida en
Madrid. Una diagonal de arriba abajo que da luz sobre las oscuras plantas. Un momento
de reposo, quizás de paz, quizás de confesiones.
Construido por los templarios a
primeros del siglo XIV es famoso por su sobrenombre de castillo del Papa Luna. Habitado
por Benedicto XIII, uno de los tres papas del momento, conflicto en la iglesia.
Se mantuvo en sus trece, la expresión viene por él. Hasta su muerte, su sucesor
abandonó y el cisma de Occidente (primeros del XV) acabó. El castillo sigue
ocupando lo alto del pueblo y dominando los baños de los turistas. Abajo el
mar, bravío a veces contra las rocas.
De primitivo alcázar celtibero a fortaleza que ha visto pasar a todos
los moradores de la península. Castillo mayor y menor, juntos, en lo alto del
monte dominando la ciudad. Es Xátiva o Játiva antes. La reconquistó Jaime I en
1248. Escenario de rebeliones coma la germanía, contemporánea de los comuneros.
En 1707 Felipe V ordena incendiar la ciudad dentro de la guerra de sucesión. Luego
vendrá otra destrucción, la napoleónica. Muros que se destruyen y que se
levantan, el sino de las murallas. Ha tenido ilustres prisioneros, y uno de
ellos protagonista de lo que parece ser una historia de amor. El Duque de
Calabria, Fernando, recluido por el rey católico del mismo nombre. Dicen que el
Duque simpatizaba demasiado con la entonces esposa del rey, Germana de Foix. Otros
veían motivos políticos. Ahí estuvo 20 años, dicen que lloraba asomado a la
ventana. Ya viuda del rey y del segundo marido, Germana casó con el liberado
duque, cumpliéndose quizás el deseo de toda una vida. Ellos fueron los virreyes
de Valencia.
Las misiones se suceden a través del camino que las une, el Camino Real.
700 millas de trayecto cuyo objetivo era cristianizar y enseñar las artes básicas a los nativos, como enseñar a cultivar y criar ganado. Serra (1713-1784) toma su nombre del compañero de San Francisco llamado Junipero de quién el santo decía que desearía tener un bosque lleno de tales juniperos (enebros). Luego le sucedera Lasuén (1736-1803). Y las fundaciones continuan, como la misión de San Luis Rey, a mitad de camino entre San Diego y San Juan Capistrano.
Fundada por Lasuén en 1798 y nombrada así en honor del patrón de la orden
franciscana, San Luis IX, rey de Francia. La de Santa Bárbara, fundada en honor
a la patrona, el cuatro de diciembre de 1786. La de San Fernando, San Gabriel, la
de Ventura, Santa Inés o la Purísima. Seguimos viajando hacia el norte y
topamos con San Luis Obispo, San Miguel y San Antonio. También la Soledad, San
Juan Bautista o Santa Cruz, para acabar en San Rafael y Sonoma. Todas asentadas dentro de la época de control español de la zona, 1769-1822. Todas buscando emplazamientos con agua, tierras cultivables y buenos pastos, y con presencia nativa. Tras la incorporación de California a Mexico sobrevendrá la decadencia de las misiones y de sus objetivos.
Escultura de Bruce Wolfe. En
la misión. Cristo y la Magdalena. Artista nacido en Santa Mónica en 1941. También
Fray Junipero Serra en la entrada.