lunes, 23 de octubre de 2017

San lourenzo

Visitamos después la Iglesia de San Lourenzo, la que casi podíamos alcanzar. Le llaman también la de los grillos, por el atuendo negro de los Agustinos descalzos. Alberga un Museo de arte sacro. Pequeño y recogido, solos para visitar piezas en su mayoría anónimas, esculturas de piedra que llevan siglos expuestas. Una sala se dedica a Irene Vilar, escultora (1930-2008). Desde el coro se ve abajo la iglesia y el silencio lo envuelve todo. La galería de las confesiones, llamada así por los jesuitas, es alargada y exhibe obras a ambos lados. Calvario de piedra sin proporciones, Cristos carcomidos por termitas, como el del s XIII o XIV y alguno sin brazo. Estampas de piedra de cara dulce. También lienzos diferentes como los de Armanda Passos que añade color y formas diferentes al arte sacro.

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