
En San Miguel y San Julián el retablo central es obra de
Adrián Alvarez, 1595. El centro lo ocupa San Miguel, de Fernández. La capilla de la buena
muerte tiene calvario, posiblemente obra de algún discípulo de Juan de Juni,
una Virgen de la Amargura, del XVIII y un yacente de Fernández, una de sus
últimas obras (1630). Multitud de arte en la antesacristía, sacristía y capilla
relicario. Un trampantojo, imitación de retablo, atribuido a Felipe Gil de
Mena. Y también un San Juan Nepomuceno, de 1736, de Alejandro Carnicero.
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