El palacio de
los Duques del Infantado, de impresionante fachada y magnífico patio, repleto
de leones. Este palacio perteneció a la familia de los Mendoza, construido en
1480, fue escenario de varias bodas reales. Restaurado varias veces alberga el
Museo Provincial, que recibe poca gente en este martes de enero. De todo un
poco alberga la exposición permanente, pintura, escultura, monedas, objetos del
campo, de las diferentes artes, cerámica árabe, visigoda,…una mezcolanza que
parece no encajar pero que se ve con gusto. El sepulcro de Doña Aldonza
Mendoza, de alabastro, de 1435, es una pieza ejemplar. Muestra un rostro
sereno, de una noble que falleció a los 55 años, dicen que su vida, o más bien
su matrimonio, fue un martirio, lleno de
maltratos e infidelidades. El rostro parece disfrutar de la paz eterna. Algunos
cuadros más dejan a paso a la sorpresa de la exposición, dos
tallas pequeñas, de mesa, que representan a la Virgen Niña con San Joaquín y
Santa Ana (1704), y a los primeros pasos de Jesús (1700). Obras de detalles que
pertenecen a Luisa Roldán, “La Roldana”, escultora sevillana (1652-1706), una
mujer en un mundo de hombres, donde sólo las reinas y las damas de la nobleza
parecían escapar a la marginación.
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