A pie de muralla o desde el coche, en paseo hasta puertas cerradas o a
través de bosques hemos llegado a muchos de ellos, para fotografiarlos y para
soñar e imaginar. El de Pemrith todavía presenta hermosas paredes. El de
Kendall muestra ventanas al infinito. En Sizergh las yedras asaltan las paredes. El de Chester se eleva sobre una verde colina. El de Peckforton es precioso, fortaleza medieval, pero originaria del siglo XIX. El de Beeston también se eleva sobre colina. Y el de Cholmondeley es también del XIX. Otro, como el de Winchcombe es mas palacio que fortaleza. El de Wolvesey se alza todavía en ruinas. Como las de Kendal, rodeado de árboles.
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