domingo, 13 de diciembre de 2015

macarena



Anónima  
Esperanza Macarena (Sevilla-1680)
Uno de los símbolos de Sevilla. Siempre hay gente en la iglesia. Sólo hace falta seguir la marcha de alguien para toparse con el templo. Se asocia al taller de Pedro Roldán (1624-1699) y quizás con la participación de su hija, Luisa, mas conocida como la Roldana (1652-1706).


El público venera la imagen. “La mires como la mires es que es muy guapa” dice una señora a la entrada del camarín. La belleza de la talla es inmarchitable y eterna, sin arrugas ni estrías, instantánea, puntual en el tiempo. No se puede tocar el manto y dos espejos muestran los dos ángulos idénticos de la cara, calcados, mientras suena la música y las flores a los pies dan idea de peticiones o ruegos o promesas cumplidas. A veces siento envidia, será la música, melancólica, que revuelve y desequilibra el cerebro, ideal droga para escribir. Una niña que debería estar andando sigue en silla todavía. Sus padres toman fotos y es entonces cuando el mundo pierde o toma sentido. Los desheredados, los infortunados, los buscadores de respuestas acuden aquí. En otra capilla de la Basílica encontramos las tumbas de Queipo de Llano y señora, él, hermano mayor de la Hermandad. La ciudad de Sevilla le quitó el título de hijo adoptivo hace unos años por su papel destacado en la represión tras el golpe de estado del 36.
 

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